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ESTUDIO SOBRE EL TOPÓNIMO ALBOREA

EL NOMBRE DE ALBOREA

 

La existencia de arboledas en la plaza hizo suponer entre las gentes del pueblo, durante muchos años, que de ellas podría proceder el nombre de Alborea "Arboleda".

 

Hace dos años, movido por la curiosidad, y con el fin de publicarlo en el PROGRAMA DE FIESTAS, propuse al Ayuntamiento que se hiciesen las gestiones necesarias para contar al respecto con opiniones de Catedráticos de Universidad, trabajos que en el libro de fiestas de este año 1992 se publican como parte principal, y coincidiendo todos ellos en que ALBOREA procede de la voz árabe BURY «TORRE».

 

Alborea pudo ser uno de los varios lugares que en el siglo XIII intentaron poblar los cristianos en tierras de Jorquera, cambiando el primitivo nombre musulmán por Vallunguer y Boniches, lugares que bien pronto se despoblaron, aunque tal vez volvieran a resucitar después con el nombre antiguo o con otros nuevos (1):

 

«MATEO LÓPEZ, Memorias históricas de Cuenca y su obispado, Ed. de González Falencia, Biblioteca conquense, vol. I, C.S.I.C. y Ayuntamiento de Cuenca, 1 949, pp. 1 67 y 1 77. Registra una composición, fechada el 26 de Abril de 1.263 (era de 1301), entre el cabildo y el obispo de Cuenca, don Pedro, de una parte, y don Gonzalo Ruiz de Albendea, de otra, sobre las iglesias de Fuente Alvilla, Vallunquet, y Boniches, que éste había edificado. Don Gonzalo quedó por patrono con capacidad para presentar clérigos. El obispo había de aprobados, y tendría derecho a percibir la cuarta parte de los diezmos. Imaginamos que este don Gonzalo Ruiz de Albendea será el mismo Gonzalo Ruiz de Atienzar que citan la crónica y los documentos. Su señorío se extendía todavía más por tierras conquenses, pues en el mismo compromiso dejó a la Iglesia los molinos de Olivares.»

 

Para finalizar, quisiera desde estas líneas, dar públicamente las gracias a todas las personas e Instituciones que han colaborado en la elaboración de estos trabajos de investigación y que constituyen un paso importantísimo para conocer la HISTORIA DEL PUEBLO DE ALBOREA.

 

Alborea, Agosto de 1.992.

 

SINFORIANO GONZÁLEZ LOZANO

(1) Aurelio Pretel Marín: «Conquista y primeros intentos de repoblación del territorio albacetense» p. 179 y carta remitida a Sinforiano González Lozano con fecha 7-10-91.

 

 

 

 

SOBRE EL TOPÓNIMO ALBOREA

 

Por gentileza de la Academia de Cultura Valenciana se me ha hecho llegar la invitación del Excmo. Ayuntamiento de ALBOREA para pronunciarme sobre la naturaleza y etimología de esa voz geográfica. Con sumo gusto lo he hecho, y tengo que confesar que mi interés por el topónimo ALBOREA iba creciendo a medida que comprobaba los estrechos vínculos toponímicos que unen las tierras albaceteñas con las valencianas, como se verá luego. Una de las cosas que más agradece el filólogo a la hora de enfrentarse al porqué de un nombre geográfico, es la existencia -si abundante, mejor- de menciones documentales de primera época, que le permitan formular con cierta solvencia la interpretación etimológica, sin necesidad de recurrir a hipótesis aventuradas. Pues bien, tengo que agradecer que se me haya remitido un breve artículo, titulado HISTORIA DE ALBOREA, y del que es autor Sinforiano González Lozano; en dicho artículo aparecen al menos dos alusiones a Alborea con anterioridad al s.XV. Es necesario analizarlas:

 

La mención de 1386(1) «...'Yecla et almansa et Alvorea...» tiene, a nivel filológico, valor sólo relativo, por cuanto es ya algo tardía y el topónimo aparece casi totalmente lexicalizado. La mención de 1311 (2) resulta algo problemática. El hecho de provenir de un libro de caza explica -hasta cierto punto- la posible adulteración de nombres geográficos, como ocurre también en el Libro de la montería del Rey Don Alfonso XI (3). La expresión «et en Alverem» no justifica por el castellano de época alteración tan caprichosa del nombre: debe responder, sin lugar a dudas, a transcripción defectuosa o a defectuosa edición. Ha de ser «et en Alvorea». Se trata de una cacografía, que no puede dar pie a soluciones etimológicas desacertadas, como sería relacionar el topónimo con la base latina alveus «lecho de río», «cauce», «río», que sí está presente y explica el vecino Fuentealbilla («Fuente al biella» en la documentación). Y si error considero derivar Alborea de alveus, mayor error sería hacerlo desde la base latina albus «blanco», o sobre arbor «árbol», étimo este último que sí da interpretación y sentido al topónimo castellonense Las Alboredas, pero que ninguna relación guarda con Alborea. El camino interpretativo no discurre por ahí. Alborea es una voz geográfica fundamentada en el árabe vulgar hispánico y es dentro del contexto de lo árabe donde el topónimo encuentra sentido. Es la voz árabe al-borái´ya, literalmente «la torrecita», el étimo que genera el topónimo Alborea, como ya en su día vieron insignes arabistas (4).

 

La incardinación del topónimo en este contexto lingüístico no puede extrañar a nadie: el pueblo se halla en un entorno geográfico definido por lo arábigo. Topónimos cercanos al de Alborea son también de naturaleza árabe, como Alcalá (de Júcar), como Abengibre, como Zulema, como Villamalea (hibridación románico-arábiga); de origen árabe es también alarife, nombre de profesión en Alborea entre las señaladas en su artículo por Sinforiano González.

 

Por otra parte, el formante final -EA del topónimo, que es lo que pudiera cuestionar esta interpretación etimológica, es un resultado totalmente normal, habida cuenta del efecto de la imela árabe, que debilita la vocal original, como lo prueban otros topónimos de idéntica terminación y de la misma naturaleza lingüística, como Alcolea, Aldea, Villamalea,...

 

Alborea no es un topónimo aislado. Cuenta con formas correlativas del mayor interés en territorio valenciano. Es el caso de los nombre ALBORAYA y ALBORACHE, que seguidamente comento. ALBORAYA, documentado desde 1238 con grafías como «Alborayatz» «Alboreiae» (genitivo) «de Alboraya». Alboraya (5), es interpretado por los arabistas desde la misma base etimológica que Alborea y con el mismo significado de «la torrecita», «la atalayuela»(6).

 

ALBORACHE (versión castellana), mencionado en la documentación medieval bajo las formas «Alborax», «Alboraig», «Alboraix», «Alborachs» apenas difiere del anterior, como no sea el peculiar tratamiento del fonema consonantico final, totalmente palatalizado, como consecuencia del influjo castellanizante, ostensible también en la presencia de (-e) final paragógica. Esta correlación ALBOREA - ALBO RAYA/ALBORACHE muestra a las claras la existencia de tres soluciones fonéticas distintas para una única base etimológica: El formante final -EA, efecto -ya se ha sugerido- de la imela árabe, se nos presenta como el resultado lógico y normal dentro del territorio de Al-Andalus. La forma -AYA, propia de territorio valenciano, acusa una solución más arcaica. En cuanto a la variante -ACHE queda claro que responde a un efecto secunda rio de influjo castellanizante, lo que por estas tierras se denomina parlar apitxat(8).

 

Otra correlación paralela establecerían los numerosos ALCOLEA de la geografía peninsular (9) con el topónimo alicantino ALCOLECHA (versión castellana), documentado desde 1249 bajo las grafías «Alcoleja», «Alcholeya», «Alcolegia», «Alcolayha» y «Alcolayia» (10), y con el leridano «ALCOLETGE» (versión catalana), derivados los tres de idéntica base: el árabe a 1-k o I á i´a, «el castillejo», «el torreón defensivo» (11). O los numerosísimos ALDEA (Pascual Madoz menciona hasta 229 lugares de este nombre) con el valenciano ALDAYA, documentado desde 1239 y que registra las grafías «Ladea», «Ladeya», «Aldeya» y «Aldaya» (12). Ambos nombres geográficos derivan del vocablo árabe a l-d á i a, («la granja»)(13). Un caso más; el último: el vecino VILLAMALEA, cuya naturaleza híbrida ya antes quedó desvelada, encuentra también un émulo en el castellonense VILLA MALEFA, documentado en 1208 como «Villa Maleha», en 1316 como «Villa malefe» (genitivo = «de Villamalefa»), y en 1236 como «Villa malea» (14), y que corresponde al nombre antiguo de la actual Villahermosa del Río. Se trata de un curioso caso de calco semántico, pues -MALEFA deriva del árabe m a l i h a «hermosa» (15). Parece como si el topónimo, en un afán inmenso de pervivir, reivindicara los fueros de su significado antiguo y lograse que un significado («villa hermosa») cristalizase en nombre: VILLAHERMOSA.

 

A nivel filológico nada tengo que añadir. Falta tan sólo un breve comentario que relacione la semántica del topónimo Alborea con las circunstancias que pudieron influir en la denominación. El artículo de Sinforiano González dejaba en claro que, por una parte, Alborea se hallaba próximo a la calzada romana que, por Requena, Villatoya, Chinchilla, Alcaraz,... unía Sagunto con la Bélica (Andalucía); que, por otra parte, Alborea constituía un puerto o paso hacia Aragón, con derechos de aduana, tal y como se reconoce en el documento de constitución de la Hermandad del Marquesado de Villena, que alude asimismo al carácter fronterizo del pueblo. Estas circunstancias no hacen sino amparar el camino interpretativo del nombre desde la base árabe propuesta: a l-b o r á i' y a, «la torrecita», pues los lugares afectados por este tipo de características solían contar con elementos defensivos (torres, fortalezas, castillos,...) y de observación y control (atalayas, torres vigía, castillos roqueros,...). Alguna de estas circunstancias motivaría el nombre de Alborea, lo mismo que acontecería con el cercano Alcalá (de Júcar), nombre fundamentado en el vocablo árabe a l-k a 1'á, «el castillo».

 

Gandía 1.991.

 

ABELARDO HERRERO ALONSO

Catedrático colaborador de la Academia de Cultura Valenciana

 

(1)Acta de Constitución de la Hermandad del Marquesado de Villena. El autor remite a Aurelio Pretel, Anales de la U.N.E.D. de Albacete.

(2) Libro de Caza, de D. Juan Manuel. Remite a Aurelio Pretel, «Albasit», no 5.

(3) Original de J. Gutiérrez de la Vega. Madrid, 1877.

(4) Cír. Asin Palacios, Contribución..., p.49.

(5) Documentos y datos para un estudio toponímico de la Región Valenciana, de M.D. Gabanes, R. Ferrer y A. Herrero, Valencia, 1981, p.171.

(ó) Ibid.

(7) Ibid.

(8) Unas de cuyas características más acusadas consiste en el ensordecimiento del fonema /tj/, con total palatalización en /C/ pronunciación ch.

(9) Hay representantes del topónimo Alcolea en Almería, Córdoba, Sevilla, C. Real, Toledo, Guadalajara, Castellón, Huesca,...

(10) Documentos y datos..., p.173.

(11) ASÍN, Contribución..., p.54.

(12) Documentos y datos..., p.161.

(13) ASÍN, Contribución..., p.56.

(14) Documentos y datos..., p.378.

(15) Ibid.

 

 

 

 

EL ORIGEN DEL TOPÓNIMO «ALBOREA»

 

El nombre de la población albacetense de Alborea ha atraído sobre sí en el pasado la atención de dos eminentes lingüistas, quienes en sendos trabajos han propuesto orígenes muy distintos para el topónimo.

 

El primero en interesarse por él fue el romanista alemán prof. W. Meyer-Lübke, quien, en un artículo publicado en 1925, avanzó la hipótesis de que tendría un origen ibérico, en vista de la terminación -EA, que, en su opinión remontaría al sufijo ibérico -AIA, -EIA (1). Por otra parte, en un libro fundamental para los estudios de la toponimia árabe española titulado «Contribución a la Toponimia Árabe de España», publicado en 1940, el ilustre arabista D. Miguel Asín Palacios propuso derivar Alborea del diminutivo árabe al-burayya, «la torrecilla» (2). Sin embargo, ninguno de los dos autores aportó documentación antigua u otras pruebas que confirmasen la veracidad de sus respectivas teorías, y sin disponer de más datos resulta imposible profundizar más en la cuestión ni otorgar nuestra preferencia a una u otra opción. En este estudio trataré, por lo tanto, de reunir materiales nuevos que permitan acercamos a la verdadera etimología, apoyándonos sobre bases objetivas y documentación sólida.

 

Documentación.

Según el conciso, pero muy útil, artículo de D. Sinforiano González Lozano, titulado «Historia de Alborea», el topónimo albacetense de Alborea se documenta por primera vez en el año 1311, en el Libro de la Caza de Don Juan Manuel(3). Efectivamente, este nombre parece figurar en la última sección del libro, en la cual se comenta el interés cinegético de los diferentes parajes en los que D. Juan Manuel había cazado, o de los que tenía noticias. Reza el texto:

 

«...pero en cirio de Xúcar a alguna garca, más non en Buen lugar para la matar con falcónes e en Aluorem (4) en Fuente Aluiella ay ánades segund dizen» (5).

 

La identificación de «Aluorem» con Alborea no puede, empero, considerarse totalmente segura. Es evidente que el texto está deformado en este punto, pues falta la conjunción «e» para completar el sentido: «en Aluorem e en Fuente Aluiella» (de otro modo habría que entender que «Aluorem» esta en Fuentealbilla». Por otra parte, si equiparamos «Aluorem» con Alborea, la «m» final ha de ser otra deformación textual; por razones de índole fonética, sería imposible que Aluorem se convirtiera en Alborea. La primera documentación segura del topónimo, también recogida por S. González, se encuentra en el Acta de la constitución de la Hermandad del Marquesado de Villena (1386): «sienpre en los tiempos pasados... fueran puertos para pasar a Aragon los del dicho nuestro ducado: Yecla et Almansa et Alvorea». Así sabemos que el nombre de Alborea no ha cambiado de manera significativa desde el siglo XIV (6).

 

Aunque este dato ya es, de por sí, importante, puesto que nos permite excluir algunas hipótesis, como por ejemplo la posibilidad de que se trate de una deformación del castellano arboleda, no obstante, la falta de documentación más antigua -se echan muy en falta unas formas del s.XIII, más próximas a la Reconquista- nos deja sin una auténtica pista que nos oriente hacia el verdadero origen y significado del topónimo.

 

Alborea en otras zonas.

Llegados a este punto, resulta provechoso relacionar la forma Alborea con otros topónimos similares de cuyos orígenes sabemos más. Pienso particularmente en la población alménense de Arboleas, situada sobre la orilla derecha del río Almanzora entre Albox y Huércal-Overa. El nombre de este pueblo aparece en documentos redactados alrededor del año 1500, poco después de su reconquista, como «Alboreas» y «Alborayax» (7), mientras que diferentes moriscos procedentes del mismo lugar, expulsados en 1570 y establecidos en Murcia, pronunciaban el nombre como «Alborayax» (8), «Alborrea»(9) y sobre todo «Alborea» (10). Ahora, la variante «Alborayax» a su vez nos conduce a vincular al mismo grupo que Alborea y Arboleas el topónimo valenciano Alboraia. En su libro Toponimia arábica del país Valencia. Alqueries i castells, Carmen Barceló recopila abundante documentación antigua de este topónimo: «Alborayeg» o «Alborayatz» (1238), «Albirayatz» y «Alboraaix» (1240), «Alborayet» (1244), «Alboraya» (1 270), etc. (11)

 

Respecto a él, G. Escolano, escribiendo a comienzos del s.XVIl y con acceso a informantes moriscos de lengua materna árabe, dijo:

 

«su antiguo nombre es Alborag o Alboraya: y diéronsele los Moros, por significar entre ellos lo mismo que Torre; que esso devia ser ella en aquel tiempo» (12).

 

Existía también en el siglo XIII otro lugar de la Región Valenciana denominado Alboraya: el pago rural de «pla de Fosalboraya» en término de Castalia (Alicante). (El primer componente de este nombre es sin duda la voz árabe fahs «campo», como ya indica Carmen Barceló).(l3)

 

Etimología de Alborea.

De las diferentes formas documentadas y el significado «torre» que, según Escolano, tenía Alboraia, se deduce que dicho topónimo valenciano procede de «Al-Burayyay» "la torrecilla", diminutivo andalusí de la voz árabe bury "torre", tal y como apunta C. Barceló en su citado estudio. Indudablemente, Alborea (Albacete), Arboleas (Almería) y el segundo componente de Fosalboraya (Alicante) tendrán la misma procedencia.

 

Es normal en los documentos bajo-medievales encontrar la Y final árabe representada con G, CH (TZ), X o S. De esta manera se explican las terminaciones de las primeras grafías del topónimo valenciano: «Alborayeg», «Alborayatz», «Albirayatz» y «Alboraaix», y también la X final de la antigua forma «Alborayax» de Arboleas y la S final actual de dicho topónimo almeriense. Sin embargo, se observa también, tanto en Alboraia y Alborea, como en versiones antiguas de Arboleas, la pérdida total de la consonante final, quizás por la debilidad de Y en esta posición, o acaso por un proceso de singularización de unas formas que parecían plurales.

 

En cuanta a la vacilación A/E de la vocal tónica (AlborAya / AlborEa), imposible dentro del romance hispánico, ésta tendrá sus orígenes en la pronunciación árabe, donde A y E son simples alófanos (manifestaciones distintas que carecen de capacidad diferenciadora) del fonema A: Alboraia procede de /alboráyyay/, y Alborea de /alboréyyay/, dos pronunciaciones igualmente válidas en árabe de la dicha raíz al-burayyay.

 

Se confirma, pues, en líneas generales, la etimología árabe propuesta por M. Asín Palacios en 1940. Solamente es preciso modificar ligeramente la forma del diminutivo indicado por éste como étimo, ya que el femenino al-burayya no es compatible con algunas de las grafías antiguas que aparecen en las fuentes. Al-burayyay (el equivalente masculino de alburayya) (14) parece que fue el diminutivo habitual de bury en el árabe andalusí. Ello se desprendería, por ejemplo, de su presencia en el léxico del árabe granadino publicado por Pedro de Alcalá en el año 1505, nuestra mejor fuente para el conocimiento del hispano-árabe, en el que figura la glosa «torre pequeña: boráyach».(15)

 

Conclusión.

El topónimo Alborea procede del árabe al-burayyay «la torrecilla», compartiendo este origen con Alboraia (Valencia) y Arboleas (Almería). Se trata del diminutivo masculino andalusí de bury «torre», raíz arábiga que a su vez obró en la creación de otros muchos topónimos peninsulares: Alborge y Borja (Zaragoza), Borge (Málaga), Borjas (Lérida y Tarragona), Alborax y Alborajico (Albacete), Alborache (Valencia), Alborayet (Mallorca), Borox (Toledo), Borjabad (Soria), Bujalance (Córdoba), Bujalaro (Guadalajara), Burjasot (Valencia), etc., etc. (16)

 

Es muy posible, por lo tanto, que tuviera razón D. Sinforiano González cuando planteó la posibilidad de que el origen de la actual población de Alborea fuera el lugar en que estaría situada en el s.XIV el puesto aduanero que controlaba el paso entre los reinos de Aragón y Castilla. El caserío actual habría crecido alrededor de la primitiva torrecilla de Alborea, construida en el lugar por los árabes para vigilar el tráfico sobre esta importante vía de comunicación.

 

PROF. ROBERT POCKLINGTON

Área de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad de Murcia

(1)W Meyer-Lübke, «Zur Kenntnis der vorrómischen Ortsnamen der iberischen Halbinsel», en «Homenaje a Menendez Pidal, I, Madrid, 1925, pp. 6384.

(2)Madrid, p. 49.

(3)Debe de tenerse en cuenta, no obstante, que el editor de este texto sitúa su redacción entre los años 1325 y 1328, y no en 1311; véase: Don Juan Manuel. «Libro de la Caza», ed. G. Baist, Halle, 1 880, pp. 134/5.

(4)La transcripción «Alverem», con E por O en la segunda sílaba, que recoge S. González, no tiene correspondencia en la edición que utilizo y debe de ser íruto de un error de imprenta. En todo caso, si hubiera que admitir la forma «Alverem» como correcta, habría que abandonar su identificación con Alborea.

(5)«Libro de la Caza», p. 68.

(6)Es cierto que el castellano medieval aún distinguía entre B y V en la pronunciación, pero de hecho esa distinción era menos rígida cuando la B/V venía precedida por una L.

(7)Véase: J.M. Pabón, «Sobre los nombres de la villa romana en Andalucía», «Estudios Dedicados a Menendez Pidal», vol. IV, 1953, pp. 87-165 (p.91).

(8)Archivo Municipal de Murcia, legajo 3905, doc. 7, fol. 22r, año de 1585.

(9)Archivo Municipal de Murcia, legajo 3905, doc. 1, fol. 21r, año de 1576.

(10)Archivo Municipal de Murcia, legajo 3905, doc. 2, fol. 37r, año de 1573; leaajo 3082, doc. 4, íol. 3v, año de 1571; Armario 1, libro 33, rols. 159v y 213v, año de 1583-84.

(11)C. Barceló Torres, «Op. cit.», Valencia, 1983. p.76.

(1 2)Véase: C. Barceló Torres, «loe. cit.»

(13) «Op. cit.» pág. 264.

(14)Véase: F. Corriente. «A Grammatical Sketch of the Spanish Arabic Dialect Bundie», Instituto HispanoArabe de Cultura, Madrid, 1977, pág. 94.

(15)Véase: F. Corriente, «El léxico árabe andalusí según P. de Alcalá», Madrid, 1988, pág. 13.

(16) M. Asín Palacios, «Op. cit. sub vocibus».

 

 

 

 

HISTORIA, ORIGEN Y SIGNIFICADO DE ALBOREA.

El pueblo de la provincia de Albacete, denominado Alborea, hállase situado sobre un terreno fértil, entre los ríos Júcar y Gabriel, a 50 Kms. de la capital, y a 5 Kms. de la cabeza de partido judicial denominada Casas Ibáñez.

 

Un valioso estudio de S. González (1) ha reunido noticias históricas de especial interés, que ahora resumo: prospecciones arqueológicas(2) que permiten identificar núcleos primitivos de población enclavados en elevaciones más o menos notables, de carácter defensivo (siglos IV o III a. J.C), que en caso de Alborea, hacen pensar a S. González, en cerros cercanos a la Cañada, Cerro de la Iglesia y Cerro de la Solana.

 

Yacimientos arqueológicos romanos, en lugares cercanos a Alborea, son numerosos, según R. Sanz(3).

 

Alborea, enclavada en uno de los cerros mencionados, ha sido en todo tiempo lugar de paso entre varias poblaciones: Chinchilla, Jorquera, Abengibre, Zulema, Fuentealbilla, Villatoya y Casas de Cilanco. Un estudio sobre el manantial «El remanso de Villatoya» (4) descubre la existencia de una calzada romana que pasaría por Alcaraz, Chinchilla, Jorquera, Alborea y Villatoya. Se trata de la calzada de segundo orden que unía Sagunto con Andalucía a traves de Requena, Chinchilla y Alcaraz.

 

Figura Alverem (Alborea) como lugar donde dicen que hay ánades, en D. Juan Manuel, «Libro de caza», año 1311, según ha señalado A. Pretel(5). En las Capitulaciones del Infante D. Enrique de Aragón con los Procuradores de las villas del Ducado de Villena, año 1421, enero, 10, Ocaña, Archivo Municipal de Almansa, el señor se promete a gestionar ante el Rey la devolución de aduanas con Aragón a Yecla y Alborea, y la supresión del pago de servicio, montazgo y otros desafueros que los arrendadores de Juan II habían cometido desde hacía años (6).

 

El carácter fronterizo de Alborea en la Edad Media queda bien documentado con estos datos históricos fundamentales, creo sea ocasión propicia para pensar en la procedencia, significado y opiniones de especialistas en relación con el nombre Alborea.

 

Según M. Asín Palacios, «Toponimia», p. 49 (7): «Alborea (Albacete), lo mismo que Alboraya. Meyer Lübke lo supone ibérico por el sufijo eia». Más arriba señala que el étimo de Alboraya (Valencia), es el árabe al-burayya, « «, «la torrecilla», forma de diminutivo del ár. bury «torre». El mismo étimo tienen los topónimos Alborache (Valencia), Alborax (Albacete), Alborge (Zaragoza).

 

J. Vernet, «Toponimia» (8) recoge entre los derivados de bury «torre»: Alborge, Alvorge. Stefen Wiid (9), pp. 291 /292, señala entre los topónimos libaneses procedentes del ár. bury «torre»: Bury is-smali «torre norte», bury il-hawa «torre del viento», bury il-Yahudivi «torre del judío», Bury Hammud «torre de hammud», Bury Li «torre del sur», Bury Ruhhal «torre de los nómadas».

 

Cabe pensar en cerros cercanos a la Cañada, Cerro de la Iglesia, Cerro de la Solana, donde estuviera emplazada una pequeña torre de defensa, que, en la época islámica, se denominó con el término árabe al-burayya «torrecilla», que fue el origen del nombre de lugar Alborea.

 

PROFESOR DR. JUAN MARTÍNEZ RUIZ.

Universidad de Granada

(1) Sinforiano González Lozano, «Historia de Alborea», en el periódico «Alborea al día», número 8, octubre 90. Comisión de Cultura. Universidad Popular. Ayuntamiento, el trabajo ocupa 3 pp. sin numerar.

(2) Anales de la U.N.E.D. de Albacete, tomo VI, pp. 227.

(3) Rubi Sanz Gamo, «Comunicación al Congreso de Historia de Albacete», tomo I, pp. 241 254.

(4) Estudio registrado con el no. 389, Instituto de Estudios Albacetenses, remitido por la Secretaría del Ayuntamiento de Villatoya a Don S. González.

(5) Aurelio Pretel, «Documentos de D. Juan Manuel a sus vasallos de la villa de Chinchilla», Al-Basit, no. 5.

(6) Aurelio Pretel, «Convenios, Hermandades y Juntas Medievales en la Mancha de Montearagón», Anales de la U.N.E.D. de Albacete. Hace referencias al Acta de constitución de la Hermandad del Marquesado de Villena, de 23 de Octubre de 1368.

(7) Miguel Asín Palacios, Contribución a la toponimia árabe de España, CSIC, 2°. ed. Madrid-Granada, 1 944.

(8) Juan Vernet Ginés, «Toponimia arábiga», Enciclopedia Lingüística Hispánica, tomo I, CSIC, Madrid, MCMLX, p. 568.

(9) Stefen Wiid, Libanesische Ortsnamen. Typologie und Deutung, Orient-Institut der Deutschen Morgenlündischen Geselischaft, Beirut-Libanon, 1973.

 

NOTAS FACILITADAS POR D. JOAQUÍN VALLBE BERMEJO DEL CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS (INSTITUTO DE FILOLOGÍA)(1)

He leído con mucho gusto e interés su carta y cuanto me comunica sobre la etimología de Alborea, que podría proceder de la voz árabe al-burayy [podría pronunciarse al-buraych] o al burayya (=al-buraycha) con el significado de la Torrecilla.

 

Sobre «furris» y al-bury (torre) puede ver mi libro «La división territorial de la España musulmana» de 345 pp.

Madrid 1 986, publicado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas:

 

- La voz al-bury «torre», plural buruy, abray, puede significar una casa de campo fortificada que sirviera de defensa o atalaya en la campiña. Presupone muchas veces la existencia de un turrus («furris») de la época de la conquista árabe como Turrus, cerca de Loja y que correspondió a Abü Utman entre las cien propiedades o aldeas regaladas por Artobás; o qaryat Turrus «alquería de Turrus», donde residía su compañero Yüsuf ibn Bujt. Un antepasado de «Abd al-'Aziz ibn «Abd Allah al-Asadi al-´iraqi se estableció en Turrus de Guadix y tenía en su propiedad setenta siervos (gulam) (195). - La voz al-bury, heredera en algunos casos de un turrus anterior, se refleja en numerosos topónimos hispánicos, como Borge «la torre», villa de la provincia de Málaga.

 

Bujaraiza, tal vez Bury 'Isa «la torre de 'Isa», en la provincia de Jaén; Bujalance, Bury al-hanas «torre de la serpiente» (Córdoba); Bujaraloz, Bury al´arus «torre de la novia» (Zaragoza); Bujarcadín, Bury al-Qadi «torre del cadí» (despoblado en la provincia de Jaén) o Burjasot, Bury al-sudd «torre del azud o presa», cerca de la ciudad de Valencia.

 

Por una lápida fundacional, que se conserva en el Museo Arqueológico de Madrid, sabemos que en agosto del 968 el general Maysur terminó, por orden del califa al-Hakam II, la construcción de una torre del castillo de Bury al-Hamma «torre de Alhama o de las aguas termales», actual Baños de la Encina, en la provincia de Jaén.

 

Recuerdo ahora vagamente haberlo leído en un texto árabe que se refería a un fuerte del Valle del Almanzora en Almería. La ciudad de Mazagán en Marruecos se llamaba al-Burayya al-Yadida «La Torrecilla Nueva» y que ahora se ha quedado reducido el nombre a al-Yadida (La Nueva).

 

(1) Carta remitida a Sinforiano González Lozano con fecha 2/2/92.

 


 

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