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ARQUITECTURA RURAL DE ALBOREA UN PATRIMONIO A CONSERVAR

JUAN RAMÍREZ PIQUERAS

Albacete está formado por una gran variedad de comarcas, pueblos y gentes de muy diversa cultura y tradición.

Este mosaico de comarcas, con una fuerte personalidad cada una de ellas, dan a nuestra provincia una gran diversidad de pueblos, costumbres, y paisajes. Nosotros estamos satisfechos de este mestizaje cultural que se ha ido forjando a lo largo de los siglos y que nos enriquece a todos.

Dentro de nuestras comarcas, al noreste de nuestra provincia, se encuentran las históricas tierras de Jorquera y Ves, conocidas modernamente como La Manchuela. Tierras de frontera, formaron parte del Señorío de Villena.

Caminando por estas tierras, siguiendo la carretera de Albacete a Valencia, cualquier viajero que las cruce, queda inmediatamente sorprendido por la impresionante mole que se alza en Alborea. Es la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Natividad, construida a lo largo de los siglos XVI, XVII Y XVIII y en estilos que van del gótico al barroco. Esta iglesia, por su grandiosidad, destaca entre todas las existentes en la comarca, motivo por el cual, han venido en denominarla "Catedral de la Manchuela".

Por su gran valor patrimonial y monumentalidad, la Iglesia de Alborea, ha sido declarada "Bien de interés Cultural". Los habitantes de Alborea sienten un gran orgullo y admiración por su Iglesia, admiración a la que todos nos sumamos.

Pero junto a esta manifestación artística tan notable, existen en Alborea, otras construcciones de un enorme valor etnológico e histórico, que nos hablan de una manera de vivir, de trabajar y de subsistir de las gentes de este pueblo y que son el fermento de lo que ahora son. Me refiero a los refugios de ocupación temporal, construidos en piedra seca.

No es una arquitectura monumental en el sentido más clásico del adjetivo, pero representa el trabajo, la lucha y el esfuerzo para sobrevivir en unos tiempos duros y difíciles.

Utilizando la técnica de la piedra seca, desde hace siglos se han construido en los campos de nuestra provincia, una amplia gama de refugios de ocupación temporal conocidos con diversas denominaciones según zonas, en Alborea y la Manchuela se les conoce con el nombre de cucos, chozos, casillas o gallineros.

LA TÉCNICA DE LA PIEDRA SECA

"Apenas se trabaja la piedra. Únicamente se utiliza un mazo de hierro para retocarlas y para meter pequeñas piedras entre las losas, haciendo de cuñas"

Por definición "piedra seca" significa, sin otro elemento que aglutine el conjunto... piedra sobre piedra... en seco.

La técnica de la piedra seca consiste básicamente en esto. Estamos ante una antiquísima tradición que se remonta a las primeras culturas urbanas y campesinas y que por su efectividad y su escasa demanda de medios, ha pervivido a lo largo de los siglos.

Y esta técnica depurada pese a lo elemental de sus recursos, es el ejemplo claro de la optimización de estos en busca de una efectividad utilitaria.

CERRAMIENTOS

Las construcciones  ejecutadas en piedra seca recurren a la hora de cubrir los espacios delimitados a dos procedimientos: la cúpula y el techado con vigas.

La cúpula se suele aplicar a construcciones de plantas circular o cuadrangular que a partir de cierta altura y por medio de losas colocadas en las esquinas a modo de rudimentarias pechinas, se transforma en un perímetro poligonal de ocho lados sobre el que de igual modo se levanta la cúpula.

Sobre estos perímetros se procede a cubrir utilizando bien la cúpula, bien la "falsa cúpula" y en contadas ocasiones, rudimentarias bóvedas.

El modelo más frecuente es el denominado de falsa cúpula, entendiendo por tal el cerramiento de un espacio circular haciendo que el diámetro de las sucesivas hiladas sea cada vez menor, con lo que gracias a su aproximación, se produce el cierre del conjunto. Suele rematarse con una losa plana o un pequeño monolito encaja do en vertical colocado en el hueco final al que se denomina "clave" o llave.

En el apartado de las techumbres sostenidas por vigas suelen presentarse pocas variedades. Estamos ante un procedimiento al que se recurre para cubrir pequeñas construcciones de escasa altura, reducidas dimensiones y plantas cuadrangulares o levemente rectangulares. Suelen ser chozos de pastor y sus constructores se han limitado a colocar tres o cuatro maderos de parte a parte de los muros, para sobre ellos depositar finas lajas de piedra, tierra y cascajo. Sólo en contadas ocasiones el entramado de las vigas alcanza la complejidad de las techumbres a dos aguas.

FUNCIONALIDAD

Posiblemente sea en este capítulo en el que con más intensidad podamos aproximarnos al verdadero espíritu de estas construcciones.

Interior de la cúpula

Remate de la cúpula

Es la habitación temporal o momentánea, la función prioritaria. Sus pesebres para las bestias, sus bancos corridos que ha servido de rústica cama, e incluso sus hogares, muchas veces tres simples piedras y los restos de humo en sus muros, nos hablan de esa habitación; de ese refugio que durante décadas han ofrecido a los hombres y mujeres del campo en los breves momentos de descanso de los que disponían.

Sección de un Cuco

CONSTRUCCIONES EN ALBOREA

Invitado por Deogracias Carrión, vecino de Alborea, gran investigador y con abundante publicación de libros, artículos y ensayos, llegamos a su pueblo. La primera imagen, la Iglesia de Nuestra Señora de la Natividad, de la que Deogracias me había ido hablando durante el viaje, y de la que es un gran conocedor por los estudios y publicaciones que sobre la misma ha realizado. Allí nos estaba esperando Cayetano Carrión Mislata, persona entrañable y apasionado defensor de su tierra. Antes de iniciar la visita, en su casa, con su esposa, iniciamos una conversación sobre diversos temas: la Ermita de Ballunquer de reciente construcción, el Lavadero, la Romería, la Cueva del Moro, la riada de 1982, el tradicional cultivo del azafrán. Yo intervenía con alguna pregunta, pero eran Cayetano, su esposa y Deogracias quienes protagonizaban la conversación con propuestas y soluciones a los problemas de su pueblo, con un entusiasmo digno de admiración.

Decidimos cortar la charla e iniciar la visita objeto de nuestro encuentro.

Hay que decir, en primer lugar, que los refugios en piedra seca, en Alborea, no son muy abundantes, dado que el término municipal no es muy extenso, permitiendo el retorno diario a su vivienda.

Salimos del pueblo por la carretera de Zulema y desviándonos por el camino de Alcalá por un paraje de pequeñas lomas, con viñedos, almendros y algunas pequeñas pinadas, llegamos a una zona denominada "El Corral del Abad". Allí se encuentra el "Gallinero Piqueras". Es un cuco de planta circular de 3,10m. de diámetro y 3,50m. de altura. Tiene una buena construcción con un muro de 55cm. de grosor. El cerramiento es de falsa cúpula. Ha sido revocado para consolidar su estructura, si bien en la parte exterior de la cúpula se aprecian perfectamente las hiladas de piedra de su construcción.

El interior presenta un pesebre corrido de 1,60m. y el suelo está enlosado con grandes guijarros. La entrada orientada al sur, de 1,90m. de alta es abocinada, con una anchura de 90 y 120cm., permitiendo la entrada de animales. Por su distancia al pueblo y las características del mismo, debió ser muy utilizado. El paisaje donde se encuentra es de una gran belleza.

Gallinero Piqueras

Corral del Abad

De vuelta al pueblo, en la calle Casas de Ves, por el camino de "La Hoya de Mizarán", visitamos un cuco de pastor. Con 2,30m. de diámetro y 3,30m. de altura, es de un tamaño pequeño que no admite el cobijo de animales. Cerrado con falsa cúpula, tiene abiertos en el muro tres ventanucos de pequeñas dimensiones, para poder observar desde su interior, Uno de estos miradores está cegado por haber adosado un corral al cuco para guardar ganado. Este corral está totalmente derruido. A 1,80m. del suelo hay tres maderos que cruzan el interior del cuco y que sirven para colocar utensilios y aperos. La entrada, con dinteles de madera estuvo cerrada con una puerta que se encuentra tirada por en suelo. Muy revocado por dentro y por fuera, apenas se ve la piedra. El corral adosado, nos dice que debió ser utilizado para guardar ganado y posteriormente abandonada esa función como almacén.

Hoya de Mizarán

Gallinero Piqueras

También en las afueras del pueblo encontramos un cuco de era, llamado así porque la más de las veces, servía para almacenar aperos de labranza y herramientas para la trilla. Es el "Cuco Cantinas" situado el la era del mismo nombre. Es el mayor de todos. Calculamos que tiene unos 4m. de ancho y 4,50m. de alto. El cerramiento es de cúpula y está revocado totalmente. No pudimos verlo desde cerca por encontrarse dentro de una parcela vallada junto a otros edificios y no encontrar a sus propietarios para que nos lo enseñaran.

Hoya de Mizarán

Cuco Cantinas

Hay una casilla con cubierta de ceniza y tierra al SO de Alborea, donde destaca la hilera de piedras en los muros laterales para sujetar la cubierta (Arquitectura Rural Tradicional en la Comarca de la Manchuela. Fernández Serrano. G., Valiente Pelayo. J. L. 2005) Publicación muy interesante sobre Arquitectura Rural en la Manchuela.

Después de visitar la Ermita, el Lavadero y la Cañada de Ballunquer, fuimos a ver unas construcciones que un albañil, Antonio "El Pavo", está construyendo. Es una alegría ver a profesionales que conservan la técnica de la piedra seca.

Nos despedimos de Cayetano, agradeciéndole su información y compañía.

Fuimos al Ayuntamiento donde Deogracias, después de presentarme al Alcalde y a la Concejala de Cultura, se quedó para resolver algunos temas municipales. Eso me permitió ir a una cafetería cercana y hablar con vecinos del pueblo.

Me hablaron de sí mismos y de otros ya desaparecidos. Con su conversación franca y sencilla, me hicieron presente imágenes y situaciones a las que los actuales modos de vida condenarán al olvido.

Mencionaron la existencia de un gran olmo que estaba en la Plaza Triangular, rodeado de tres gradas de sillería, donde los vendedores ambulantes depositaban sus mercancías, el Madoz cita este frondoso olmo hoy desaparecido. Me recordaron como el cultivo del azafrán, muy extendido en el pueblo, era su cartilla de ahorros, vendiéndolo en Valencia y Barcelona, cuando alguna enfermedad o una boda, hacían necesario el dinero. Me hablaron de las feraces huertas de Ballunquer, Pasadilla y Orejera. Sus viñedos, legumbres, hortalizas y cereales. Me dijeron que existieron algunos cucos más, pero que habían desaparecido, como el gallinero de la era de D. Jesús, el médico. Me proporcionaron datos, me contaron historias y rememoraron viejos modos de vida que no por lejanos y penosos habían querido olvidar. Mi agradecimiento a todos ellos.

Para terminar, quiero hacer una pequeña reflexión. La creciente "urbanización" de la vida social, la creación de núcleos demográficos cada vez más poblados, y la reproducción de valores y formas de vida casi exclusivamente urbanas, así como la internacionalización de los valores culturales a través de los medios de comunicación, convierten a las tradiciones culturales del medio rural, en un acervo cultural muy valioso que operan prácticamente como últimos elementos de diferenciación cultural en el mundo desarrollado. De ahí la importancia que para la sociedad en general tiene la conservación de la Arquitectura Rural. Por eso os pido que conservéis con mimo vuestra Arquitectura Rural, en todas sus facetas, como elemento personal y diferenciador de quienes sois.

Esperamos que las viejas siluetas que aún se perciben como manchas oscuras en los atardeceres a la orilla del camino, puedan seguir contemplándose por las generaciones futuras recordándonos otros modelos productivos y a otras gentes que generación tras generación emplearon media vida para limpiar de piedras sus campos y posibilitar su cultivo.

Alborea, 24 de Julio de 2006