Carrizo |
Descripción: Muy parecida a la caña común, se diferencia de ésta por su menor tamaño y su floración. Se identifica fácilmente por ser una planta muy robusta, perenne, provista de tallos rígidos, gruesos y muy duros, que pueden llegar a alcanzar una altura de hasta 3 m y que crecen sin formar nudos. La inflorescencia es una panoja ancha y copuda, con pelos sedosos de un centímetro de largo que al principio son de color rojizo y más tarde pajizo.
Hábitat: El carrizo crece en aguas poco profundas, en cenagales o a las orillas de los ríos en donde a lo largo del verano se le puede encontrar en grupos tan apretados que son prácticamente impenetrables. El carrizal posee una importancia ecológica excepcional, ya que a su amparo se crían multitud de especies de aves, entre las que cabe mencionar el carricero común (Acrocephalus scirpaceus), huidizo y pequeño pájaro que teje su nido empleando como base las cañas. Tampoco es raro observar entre estas formaciones vegetales a algún mamífero, como la rata de agua, reptiles del tipo de la culebra viperina o galápagos.
Usos: Los usos del carrizo son muy diversos; con los tallos secos se fabrican techumbres, cortavientos y esteras; las hojas se emplean como forraje para el ganado y con las inflorescencias, una vez secas, se hacen escobas y adornos florales. Desde hace relativamente poco tiempo se cultiva para la obtención de celulosa, materia prima que se utiliza para la fabricación de la pasta de papel. |