Descripción:

Arbusto perenne, cuyos tallos nacen de yemas en la convergencia de tubérculos subterráneos, que hacen la función de órganos de resistencia; ello facilita que la planta rebrote con fuerza después de la corta o el incendio.

La esparraguera está cubierta de falsas hojas, técnicamente denominadas ‘cladodios’, extremadamente finos y punzantes, de apenas 1 cm de longitud, que aparecen en fascículos densos y llegan a cubrir gran parte de los tallos maduros. Cada año, preferentemente tras las lluvias de la primavera temprana o el otoño, la planta emite turiones o nuevos tallos, que forman los típicos espárragos. Dependiendo de la edad y la época del año, los turiones producen tallos vegetativos o florales, cubriéndose éstos últimos de abundantes flores estrelladas, blancas y de pequeño tamaño; una vez fecundadas, dan lugar a frutos esféricos, carnosos, negros en la madurez, conteniendo una o dos semillas extremadamente duras. Los turiones desarrollan los botones florales a los pocos días de emerger del suelo, lignificándose con rapidez y perdiendo valor culinario.

Hábitat:

Se trata de una especie fundamentalmente forestal, que forma parte del sotobosque de encinares, acebuchares y diversos tipos de maquias y matorrales altos, desde el nivel del mar hasta altitudes en tono a 1200 m. Sus semillas, transportadas por las aves, germinan también con facilidad al pie de muros, linderos y setos, o bajo la sombra que proyectan las copas de las encinas u otros árboles de la dehesa. Se desarrolla por igual en suelos arcillosos o arenosos.

Usos:

El principal uso de la esparraguera es el culinario, utilizándose para ello las partes tiernas de los espárragos, habitualmente amargos, por lo que es recomendable someterlos a cocción o fritura; es por ello que en Alborea se consumen preferentemente guisados, o a lo sumo en tortilla.

Los espárragos poseen probadas virtudes medicinales, sobre todo como diuréticas, fomentando la producción y expulsión de la orina, que tras el consumo de este alimento expele un olor característico, atribuido a diversas sustancias contenidas en la planta, y en particular al metil-mercaptano. También se le reconocen aptitudes para reducir la tensión arterial.